“Por
la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por
el aliento de su boca” Salmos 33:6
Leo
este verso y mi mente no alcanza a imaginar y mucho menos comprender el
maravilloso poder de Dios. Somos seres tan finitos, con una mente tan
corrompida por el pecado, que no alcanzamos a vislumbrar el inmenso poder que
tiene su palabra. ¡Sólo con ella, Dios creó!
En
estos últimos tiempos de la historia de este mundo, tenemos el privilegio de
escuchar la voz de nuestro Creador. Es a través de la naturaleza, pero ante
todo de su Palabra escrita, que podemos contemplarlo, conocerlo, seguirle y
amarle.
Si
no leemos su Palabra, ¿cómo obtendremos respuesta a nuestras preguntas? Si le preguntamos
algo a Dios y en su Palabra sabemos que está la respuesta, pero no la abrimos, ¿no
estaremos jugando con Dios? Creo que sí.
No
tenemos excusa. En la Biblia está contemplado todo lo que necesitamos saber. No
hagas de su poderosa Palabra un adorno más de tu casa. ¡Ábrela, leela, vívela!
El
mañana puede no venir para tí. El día de poner tus cuentas claras con Dios, es
hoy.