Esta
estatua la soñó el rey de Babilonia en tiempos de Daniel. Dios, a través de
esta imagen, iba a revelar toda la historia de la humanidad.
En ella
estaban mencionados todos los imperios que pasarían desde Babilonia hasta
nuestros días. Si no quieres ir a la fuente bíblica, entonces ve a la histórica.
En sí misma, la Biblia también es un libro histórico, pero muchos desconocen su
valor. La historia registra la caida de los grandes imperios, comenzando con
Babilonia, pasando por los Medo-Persas, siguiendo con los Griegos y por último
los Romanos.
Cada parte
del cuerpo de la estatua representa un metal (oro, plata, bronce) y a su vez un
imperio que dominaría el mundo en el transcurrir de la historia. El último de
ellos (las piernas de la estatua) representan al Imperio Romano, conocido por
su poderío militar (piernas de hierro) y su vasta extensión territorial.
Los pies
de la estatua (hierro mezclado con barro) representan los reinos divididos de
este último imperio, que es lo que hoy se conoce como Europa. Interesante, ¿verdad?
Pero, ¿y
qué viene después? Dios no deja nada al azar y fue claro en el sueño de
Nabucodonosor, al igual que ahora.
Una enorme
piedra derribará esa estatua, y será establecido un nuevo reino, el Reino de
Dios, ese que jamás será destruido.
Estamos
a las puertas de ese acontecimiento. Ya no hay más partes de la estatua que
podamos vivir. Estamos viviendo los últimos días de la historia de este mundo. ¿Te
hallas listo?
Recuerda,
el mañana puede no venir para tí. El día de poner tus cuentas claras con Dios,
es hoy.