“Por
la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca” Salmos 33:6
Nuestra
mente finita no alcanza a vislumbrar lo grande y maravilloso del poder de Dios.
Sólo con su palabra fue creada esta tierra y todo lo que aquí hay.
Sin
embargo, no fue creada como ahora es. Ni el paisaje más hermoso que hoy puedas
contemplar, se compara con la belleza que era la tierra cuando Dios la creó. Ha
sido corrompida, manchada y ensuciada por el pecado.
Asimismo,
el ser humano cuando fue creado fué hecho a imagen y semejanza del mismo Dios. Pero
el pecado nos arrebató ese privilegio. Ahora, durante nuestro peregrinaje por
este mundo, día a día, vez tras vez, somos restaurados a imagen y semejanza de
nuestro Creador, gracias al sacrificio de su Hijo en la cruz. Y la obra final
estará completa cuando Jesús regrese a esta tierra. ¿Te hallas listo para
recibirlo? Con aceptar ese sacrificio hecho por tí y por mí , estarás dando el primer paso para que Dios comience a obrar en tí y te moldee, como el barro en las manos del alfarero.