“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros” Romanos 5:8
Este, sin duda, es un regalo inmerecido. ¿Te has detenido a
pensar cuán grande es el amor de Dios? ¿En realidad has meditado en lo que
significa que su Hijo viniera a morir por tí? Eso suena místico y para muchos
irreal. Algunos escépticos aseguran que es rídiculo pensar de ese modo.
Pero la Biblia lo registra y la historia lo respalda. La
vida, muerte y resurección de Cristo no fue la de alguien más. Fue la muerte
que asegura hoy tu salvación. ¿Ya te apropiaste de ella? ¿Ya la aceptaste por
fe y vives tu vida conforme al propósito de Aquél que te salvó?
Esto no es un juego. Pronto vendrá la recompensa de los
justos. Y tú, ¿de qué lado estás?
El mañana puede no venir para tí. El día de poner tus cuentas
claras con Dios, es hoy.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario