“…Para
que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos
sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” San Juan 17:21
La
mayor evidencia de cristiandad no es ir todas las semanas a la iglesia. Tampoco
es llevar una biblia debajo del brazo. No lo es vestirse con faldas largas y
mucho menos es orar en cada esquina (como aquel fariseo que solo lo hacía para
que lo vieran).
La
mayor evidencia de Cristo en nuestras vidas es una vida santa. Es ser
compasivos, bondadosos, amables, leales a Dios y a sus mandatos, prudentes en
nuestras palabras, sabios en cómo alimentamos nuestro cuerpo y nuestra mente.
Muchos
pretenden exteriorizar el cristianismo. Y está bien, debemos mostrar que somos
diferentes, que no somos iguales al mundo. Pero, ¿y tu interior? ¿Eso mismo hay
allí? ¿Vives en realidad una piedad práctica?
“Este
pueblo de labios me honra, pero su Corazón está lejos de mí”. Ese fue el
mensaje de Dios al profeta hace cientos de años. ¿Será que estaremos repitiendo
la historia?
El
mañana puede no venir para tí. El día de poner tus cuentas claras con Dios, es
hoy.
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