jueves, 22 de noviembre de 2018

DAR GRACIAS





“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” 1a Tesalonicences 5:18

Cada tercer Jueves de noviembre se celebra en los Estados Unidos y gran parde de Canadá el famoso Dia de Accion de Gracias. Es una tradición centenaria, que recuerda cuando los peregrinos ingleses llegaron a territorio Americano huyendo de la persecusión cristiana en Europa. Llegaron al área conocida como Nueva Inglaterra, más exactamente al Estado de Massachusetts, donde, en medio frío cruel y despiadado, se encontraron con nativos Americanos que poblaban ese territorio. 

Estos últimos acogieron a los migrantes, los recibieron y finalmente adoptaron esa tierra como propia. Al año siguiente y a partir de allí todos los años, como muestra de gratitud hacia los nativos, los peregrinos celebraban una cena especial en donde compartían con aquellos quienes habian permitido llegar a su territorio y ser parte de su familia. Ese día de noviembre cenaban y daban gracias a Dios por los favores recibidos.
   
Evidente y tristemente en la actualidad se ha perdido el sentido de esta tradición, a pesar de ser casi una fiesta nacional, incluso para muchos más importante que la misma Navidad.

 Hoy en día se ha comercializado mucho esta celebración (como todas, en realidad). Muchas familias la celebran como requisito para encontrarse y verse quizas esa única vez en el año, muchas otras lo hacen para por fin degustar el famoso pavo y estoy segura que muchas otras ni siquiera al comenzar a cenar, agradecen.

 Otras por supuesto si lo harán, sí recordaran ese día como un momento especial para elevar una oración al Cielo y agradecer por tantas bendiciones.

Los cristianos no necesitamos un día al año para esto. Celebramos la ‘Acción de Gracias’ todos los días (o al menos así debería ser). Ese debe ser nuestro sentir.

 Al despertar, da gracias por la noche que tuviste, a pesar incluso de no haber dormido bien. Muchas personas se acuestan con la certeza que al día siguiente despertarán, y no sucede. Al tomar el desayuno, el almuerzo o la cena, da gracias por los alimentos, porque muchos quizás en ese mismo instante no tienen idea que comerán. Al salir de tu casa, da gracias porque puedes hacerlo, quizás desean hacerlo y están privados de su libertad. Y si eres uno de ellos, también agradece.

Muchos afirmarán, y con toda razón, que cómo es posible agradecer en medio de las dificultades, en medio de la enfermedad, en medio de la crisis financiera, en medio del problema familiar o incluso al borde de la muerte. ¿Cómo podría hacerlo? Recuerda, lo que nos sucede no amerita de nosotros un ¿POR QUÉ?, pero sí  un ¿PARA QUÉ?

Cuando aprendamos a preguntarle a Dios el ‘para qué’ en lugar del ‘por qué’, aprenderemos a ser agradecidos. Inténtalo.


Recuerda, el mañana puede no venir para ti. El día de poner tus cuentas claras con Dios, es hoy.

domingo, 16 de septiembre de 2018

DIOS AMA. DIOS PERDONA. DIOS RESTAURA.





“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 1a Juan 1:9

El ser humano, por naturaleza, es egoísta. Por ese mismo egoísmo, desde que nace tiene tendencia a errar y pareciera que en ocasiones, a no aprender de esos errores. Pero también es autosuficiente y muy creativo. Estas son características de las que poco se habla pero que son tan inherentes al ser humano, que hacen parte de su cotidianidad.

Tristemente, el egoísmo es la piedra de zapato de todos aquellos que desean avanzar en este duro camino de errores, aprendizajes, malos y buenos hábitos y deseos de superación. Desde el mismo Edén, cuando Adán y Eva pecaron, se manifestó ese oscuro lado de la naturaleza humana caída: Adán culpó a su mujer, la mujer a la serpiente y en últimas, a Dios mismo por haberla creado. No fue sino despues de ver las consecuencias de lo que hicieron, que reconocieron que habían cometido un error y trataron de arreglarlo, algo evidentemente imposible por sus propios medios. Cosieron delantales de hojas de higuera para tratar de tapar su desnudez (que físicamente ya la tenían antes de pecar) y pretender que nada había pasado; pero olvidaron que era imposible cubrir lo que por su desobediencia se había puesto al descubierto.

Esto es muy común en nuestros días también. Nos equivocamos, desobedecemos los mandatos de Dios, y en nuestro egoísmo, tratamos de coser delantales, de tapar nuestra falta, de escondernos de la presencia de Dios. Por nuestra autosuficiencia, creemos que podemos salir de ese laberinto que nosotros mismos hemos creado, pero la bola de nieve cada día cobra mas fuerza y cuando menos pensamos, nos aplasta.

Pero Dios, así como con Adán y Eva, no nos deja solos. A ellos les hizo túnicas de pieles, los vistió de la justicia de Jesucristo representada en ese cordero muerto (necesario para las túnicas) y les dio una nueva oportunidad. Es lo mismo que hace  con nosotros hoy. El versículo inicial Dios nos recuerda que ‘El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad’.

Pero como siempre, hay una condición: Confesar. No a un ser humano, a Dios mismo, abrir nuestro Corazón a Él como a un amigo y reconocer que nos equivocamos. No imaginarás el peso que se irá de tu vida.

Recuerda, el día de poner tus cuentas claras con Dios, es hoy.


domingo, 4 de marzo de 2018

EL QUE HA DE VENIR, VENDRÁ.





Efesios 5: 15-16 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 

La televisión, el internet, los video juegos, el mundo digital, los ‘amigos’ cibernéticos y una lista interminable de elementos, actualmente estan en el lugar que debieran ocupar las charlas y conversaciones sociales, los libros, los parques, los amigos reales. Has llegado a preguntarte, como yo, ¿qué está pasando? ¿Hacia donde va nuestra humanidad? ¿Qué más tiene que pasar para entender, como dice Pablo, que ‘los días son malos’?

Permíteme decirte, querido amigo lector, que estamos viviendo los últimos días de la historia de este mundo, así tu no lo creas, así tu no lo esperes, así tu no lo digas. Así para ti estemos hablando mitos o fantasías, “el que ha de venir, vendrá, y no tardará” (Hebreos 10:37).

Si eres de aquellos que piensa que el fin de este mundo no está cerca, sólo basta con leer la Biblia y confirmarlo con nuestra realidad actual. Asómate más allá de tu realidad, más allá de esa burbuja que has creado y trata de mirar un poco más. Te darás cuenta que el mundo cada día se sumerge más y más en la maldad, la idolatría, la perversión, el engaño, la enfermedad, la desolación, la muerte. ¿Eso no te dice nada? ¿En realidad crees que Dios permitirá por mucho tiempo más que su creación (incluyendo al ser humano) se deteriore? Definitivamente no.

Ahora, si eres de aquellos otros que están convencidos que el fin de este mundo está cerca, que cree firmemente que Jesucristo vendrá a esta tierra a restaurarla, te pregunto entonces: ¿Estás listo para ese evento? ¿Tienes ya puestas tus vestiduras? ¿Tienes tus asuntos con Dios ya arreglados, las cuentas claras (Isaías 1:18), tu vida como un libro abierto, dispuesto a ser escudriñado?  Si no es así, ¿qué estás esperando?

Seas de los que creas o no que la venida de Jesucristo es real e inminente, el consejo es el mismo: Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 


El mañana puede no venir para tí. El día de poner tus cuentas claras con Dios, es hoy.

DAR GRACIAS

“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” 1a Tesalonicences 5:18 Cada tercer Ju...